Un voluntario realista, de Benito Pérez Galdós. Episodio nacional nº 18

Un voluntario realista es el decimoctavo Episodio nacional de Benito Pérez Galdós y octavo episodio de la segunda serie.

Contexto histórico

Este episodio transcurre en 1827 y tenemos como escenario Cataluña. Concretamente, está ambientado en la Revuelta de los Agraviados (Malcontents en catalán), una guerra que se desarrolló entre marzo y septiembre de ese año, fundamentalmente en Cataluña (aunque en menor medida también en Valencia, Aragón, País Vasco y Andalucía). En esta revuelta, los llamados voluntarios realistas, así como antiguos guerrilleros del tiempo de la Guerra de la Independencia, se rebelaron contra las medidas del gobierno de Fernando VII que consideraron desacertadas, como, por ejemplo, el no haber restablecido la Inquisición.

Podríamos decir que la ideología de estos rebeldes era ultrarrealista, corriente que se advierte desde 1824, cuando un grupo de absolutistas –alentados por Carlos María Isidro de Borbón (hermano de Fernando VII)– consideraban al rey Fernando demasiado complaciente con los liberales.

El Cuerpo de Voluntarios Realistas fue una milicia que Fernando VII organizó en 1823, tras la caída del gobierno liberal en España. Su objetivo era evitar el restablecimiento del gobierno constitucional, pronunciándose en contra de las medidas liberales. Este cuerpo de voluntarios realistas estuvo vigente hasta la muerte de Fernando VII en 1833, momento en el que una parte de sus integrantes se sumaría a las fuerzas del infante Carlos María Isidro, el pretendiente al trono reivindicado por los carlistas.

Artillero de los Voluntarios realistas
Lugares principales donde se desarrollan los acontecimientos bélicos descritos en este Episodio
Castillo (Solsona)

Sinopsis

Dentro del contexto descrito, marcado por la revolución absolutista que tuvo lugar fundamentalmente en Cataluña, Galdós nos relata la historia de Pepet Armengol, joven que es acogido desde pequeño en el Convento de San Salomó, en Solsona (municipio de Lérida), donde lo preparan para ser sacristán. Sin embargo, conforme crece Pepet, se van desarrollando en él heroicas ideas de grandeza y quiere combatir en la guerra. Así pues, abandonará su puesto de sacristán para incorporarse a las partidas de voluntarios realistas que luchan por la causa absolutista y apostólica.

Junto a Pepet, cobra especial importancia el personaje de sor Teodora de Aransis, una hermosa monja por quien Pepet siente una gran admiración primero y un amor muy pasional después.

En medio de este contexto en el que tenemos tanto elementos bélicos como románticos, asistiremos a grandes intrigas, persecuciones, incendios y hasta un secuestro, lo cual desembocará en un final sorprendente y sublime.

Contraportada del episodio nacional Un voluntario realista. Edición de la Imprenta y Litografía de La Guirnalda, Madrid, 1878.

Personajes

Pepet Armengol (Tilín)

El protagonista de este episodio es un personaje nuevo que no había aparecido hasta ahora: Pepet Armengol, quien es criado desde niño por unas monjas para que ejerza el oficio de sacristán en el Convento de San Salomó, sucediendo a su abuelo José Armengol.

Pepet es un niño que, aunque crece rodeado de monjas, ya desde pequeño apunta hacia la ambición guerrera, lo cual se manifiesta ya desde los juegos de su infancia:

«Pepet no hizo movimiento alguno para constituirse en propietario de aquellos enseres marciales. Permitió que sor Teodora le pusiera el gorro; pero sus ojos relampaguearon, y rechazó la espada, diciendo:

–La espada que yo deseo no es de caña, sino de hierro. »

A Pepet le apodan Tilín porque es quien da los toques canónicos, que, ante la falta de campanas (que se perdieron en 1810 cuando los ejércitos napoleónicos asaltaron el convento), solo contaban con un menguado esquilón que sonaba poco más fuerte que un cascabel.

El personaje de Tilín va ganando fuerza a lo largo de la novela, especialmente cuando decide abandonar su puesto de sacristán para lanzarse a la lucha por la causa realista, más que por verdadera ideología política, quizás por ese afán de lucha del que hace gala desde pequeño, y tal vez, muy posiblemente, para ganarse la admiración de la hermosa monja a la que ama: sor Teodora de Aransis.

Sor Teodora de Aransis y Peñafort

Teodora de Aransis es una hermosa doncella, sobrina del Conde de Miralcamp, perteneciente a la clase de la nobleza, como la mayoría de las monjas pertenecientes al convento de San Salomó.

                «Sus padres, ricos y nobles, murieron tempranamente, dejándola en la orfandad con otras dos hermanas de menos edad que ella y un hermano mayor. Por indolencias de su madre, criáronla unos tíos, que la fiaron a las Ursulinas de Lérida para su educación, la cual fue desempeñada tan cumplidamente en el orden religioso, que a los dieciocho años de su edad, Teodora, catequizada por las madres y por un capellán anciano que era un águila para el confesionario, no pensó más que en ser monja.»

Sor Teodora de Aransis, personaje de Un voluntario realista, vista por Gómez Soler y Pellicer

Teodora ingresa, por tanto, en el convento de San Salomó, no deseando la vida de sus hermanas, destinadas a casarse con un hombre. Allí, le cortan los cabellos y vive recluida, no terminando de congeniar con algunas monjas, tal vez por envidia, especialmente con la madre Montserrat, tan contraria a ella en muchos aspectos.

Tilín, diez años más joven, admira a sor Teodora y la idolatra hasta un punto casi obsesivo, una cuestión que tiene aterrada a la monja y que le producirá no pocas tribulaciones en su alma casta.

Doña Josefina Comeford

Doña Josefina, personaje que realmente existió aunque poco se conoce de ella, fue una conspiradora ultrarrealista, sostén en Cataluña de la Regencia de Urgel y del movimiento de los malcontents.

«Una tarde de abril presentáronse dos damas en el locutorio. Era una de ellas hermosa por todo extremo, ricamente ataviada, con ademán un poco altanero y edad que podía sin gran seguridad suponerse entre los 35 y los 40 años. Vestía con lujo y sin remilgos, dando a entender que no la mortificaba ninguna cosa que diera realce a su belleza, tanto más cuanto que esta iba necesitando auxilio para que no se conociera demasiado su occidente. Doña Josefina Comeford, pues tal era el nombre de aquella histórica dama, era una belleza en decadencia; mas no por esto dejaba de ser magnífica, como es magnífica una puesta de sol.»

Narciso Abres (Pixola)

Este personaje, extraído también de la vida real y a quien llamaban Pixola o Carnisser, era un ex carnicero que estaba al mando de una partida de voluntarios realistas venidos de Berga. El protagonista, Tilín, se unirá a él en su lucha por la causa realista.

Josep Busoms (Jep dels Estanys)

Militar y guerrillero español que se levantó en armas contra el trienio liberal, actuando en las comarcas catalanas del Bergadá y el Solsonés.

«Don José Bussons, llamado vulgarmente Jep dels Estanys, era un guerrillero anciano, seco, pequeño, pero fuerte y ágil todavía, de carácter violento y agrio.»

Jaime Servet

Es un misterioso y apuesto joven cuyos modales y forma de vestir revelan un carácter noble. Este personaje aparece a caballo y tiene encomendada una misión secreta. En un principio se hace pasar por realista para salvarse de una muerte segura a manos de los realistas, pero pronto se pone de manifiesto que es de pensamiento liberal.

Carlos Navarro

A Carlos Navarro ya lo conocemos de episodios anteriores de esta segunda serie. También apodado Carlos Garrote, es el hermanastro de Salvador Monsalud, personaje conductor en esta segunda serie. Todo lo contrario que su hermano Salvador, que es liberal, Carlos Navarro defiende la causa absolutista y católica. Dentro de los realistas, tal vez sea don Carlos el más coherente en cuanto a sus ideas, el más inconformista y que más se niega a acatar las decisiones de Fernando VII, y tal vez por ello se presagia que apoyará al pretendiente carlista.

Carlos va acompañado de Zugarramundi, su ayudante, que es un hombre velludo al que se le describe como un oso, y también de su amigo Francisco Chaperón, militar y político absolutista que ejerció la tortura y a quien ya conocimos en el episodio anterior (El terror de 1824).

Opinión personal

Es de justicia comenzar este apartado expresando mis disculpas por este prolongado parón en la lectura de los Episodios Nacionales. Desde que publiqué la reseña del 17º episodio en septiembre de 2019, han pasado más de dos años, siendo un parón mucho más largo de lo que me hubiera gustado y que lamento de corazón por todas aquellas personas que me seguís de forma continuada y que apreciáis estas reseñas como complemento a vuestra lectura.

Me ha costado retomar los episodios porque, al haber dejado pasar los meses, tenía la sensación de haber perdido el hilo de la historia narrada en los siete episodios anteriores, así como los diferentes personajes que van apareciendo, cada cual con su propia ideología política. Esta dificultad ha sido fácilmente superable gracias al ánimo y a la ilusión de retomar la lectura de los episodios nacionales este año 2022, para lo cual repasé los episodios anteriores, haciendo esquemas de los personajes para volver a situarme, y retomando la lectura en el punto donde me había quedado.

En lo sucesivo, mi objetivo es terminar de leer y reseñar esta segunda serie, compaginándolo con otro tipo de lecturas que tengo pendientes, y comenzar después con la tercera serie, tratando de hacerlo en el mejor ritmo que me sea posible a la hora de compatibilizarlo con mis ocupaciones y, sobre todo, de seguir intentado hacerlo lo mejor que pueda y con el mismo entusiasmo de siempre.

Una vez expresado lo anterior, procedo a dar mi opinión personal sobre este episodio:

La novela Un voluntario realista es una de las más emocionantes que he leído hasta el momento. Diría que para mí ha sido, con toda probabilidad, el que más he disfrutado de esta segunda serie y mi preferido, hasta el momento, de los ocho que he leído de esta serie.

En este episodio asistimos a una historia repleta de acción y giros sorprendentes, pero lo que más me ha fascinado han sido los personajes, y muy en especial los de Tilín y Sor Teodora. Creo que Tilín es un personaje con quien cuesta simpatizar, ya que, en su afán de llevar a cabo una lucha que él considera justa, se equivoca en cuanto a las formas y termina sobrepasando los límites de lo moral y perdiéndose en las profundidades de una desmoralización que le lleva incluso a la delincuencia. No obstante, considero que Pepet es un personaje increíblemente divertido y genialmente trazado, protagonista de pasajes que me han mantenido en vilo y me han hecho disfrutar muchísimo, así como sor Teodora, la bella monja que también nos hará vivir unas escenas sorprendentes y emocionantes.

Otra cosa que me gustaría destacar es la intriga y emoción que se va generando hacia el final. Llega un momento en el que no puedes abandonar la lectura hasta saber el desenlace de la historia. De todas las escenas de esta novela, me quedo con el capítulo XXXI, en el que Teodora mantiene una conversación con su propia conciencia, manifestada en forma de una sombra que la acosa exclamándole a gritos las verdades que no quiere escuchar y que atribulan su alma. Me ha parecido una escena espectacular e impactante, además de que invita mucho a la reflexión sobre cuestiones que no conviene referir aquí por riesgo de desvelar demasiados detalles de la trama. Prefiero que sea el lector quien lo descubra y así se sorprenda y disfrute más de la obra y de este final sublime.

He lamentado no haber leído este episodio antes, pues prácticamente lo he devorado en dos semanas y me ha parecido entretenidísimo, pero me alegro mucho de haber retomado esta tarea y espero ponerme pronto con el siguiente.

Hasta aquí la reseña de Un voluntario realista, espero que os haya gustado y nos vemos en la siguiente. ¡Muchas gracias por leerla!

7 comentarios en “Un voluntario realista, de Benito Pérez Galdós. Episodio nacional nº 18”

  1. Este episodio me lo había saltado por no parecerme de la historia central. Después de esta reseña volveré a el. Me alegra que vaya a seguir con los Episodios.

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    1. ¡Muchas gracias por leer la reseña y por tu comentario!! Me alegra que quieras leerlo, es un episodio magnífico. En esta segunda serie he notado que hay episodios diferentes al hilo conductor de Salvador, aunque, en cierto modo, este está mínimamente ligado a la historia de éste, lo que pasa es que, si te digo en qué manera aparece aquí Salvador, seguramente te estaré desvelando una intriga de la trama que es muy divertida y sorprendente, pero cuando lo leas entenderás a qué me refiero!! Un saludo!!

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  2. Hola Raque, eres muy importante para repasar e hilvanar los capítulos, la historia, los personajes de Galdós. Resumes muy bien y analizas brillantemente a los personajes. Yo terminé en noviembre 21 este episodio. Voy a retomar los Episodios en Los Apostólicos, ya recordaba poco lo anterior pero leer tus escritos de los dos episodios precedentes me ha situado en la historia. Pues sí es una lástima que no tengamos tus «chuletas» de todos los Episodios Nacionales. Egoistamente te animo a que los leas y los resumas, jeje. Gracias Raquel.

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    1. Hola, Vicente, ¡muchas gracias por tu comentario! Me alegra mucho saber que mis reseñas te ayuden a la hora de recordar los argumentos y los personajes, en gran parte esa es la razón por la que las llevo a cabo. Siento ir a un ritmo tan lento y con tantos parones, lo cierto es que los Episodios son novelas que me requieren gran dedicación a la hora de leerlas, puesto que lo hago tomando muchas notas para después poder hacer las reseñas detalladamente, y últimamente he estado leyendo cosas más sencillas que no me requerían demasiada dedicación, puesto que no tengo demasiado tiempo libre. No obstante, espero, en estas vacaciones, poder retomar los episodios, ya que me quedé también en Los Apostólicos y tengo muchas ganas de terminar esta segunda serie.
      Un abrazo y gracias!!

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  3. Muchas gracias por estos resúmenes. Me han servido de mucho cada vez que hacía parones en la lectura de los episodios y quería recordar lo que había pasado hasta el momento. Es una pena que finalice aquí, pero seguiremos leyendo!!!!

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    1. ¡Muchas gracias a ti, Jaime! Me alegra saber que estos resúmenes te hayan resultado útiles. La verdad es que a mí también me han ayudado mucho en la lectura de los episodios, ya que, como también he hecho largos parones, solía venir a releer las reseñas para recordar, sobre todo por los personajes que aparecen en cada episodio. El último que he leído es este, Un voluntario realista. Me faltan dos para terminar la segunda serie, que es lo que me gustaría para por lo menos dejar la serie finalizada. Últimamente leo poco y estoy leyendo otras cosas diferentes, pero espero sacar tiempo y motivación para continuar con este proyecto y, sobre todo, poder hacer bien las reseñas 🙂
      Gracias por dejarme este comentario. ¡Un abrazo!
      Raquel

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